Cerca de un 33% de los accidentes con víctimas mortales en España se deben a los efectos del alcohol en la conducción. El alcohol es por tanto, la causa que más incidencia tiene en la accidentalidad, convirtiéndose de esta forma en una de las lacras más graves de las carreteras.
El alcohol es uno de los factores de riesgo más frecuentemente implicados en los accidentes de tráfico. Se ha llegado a calcular que de cada 100 accidentes mortales, el alcohol está implicado de uno u otro modo en entre 30 y 50 de ellos.
Los delitos contra la seguridad vial han aumentado un 9% más respecto al año pasado. Este dato consta en el informe del Fiscal Coordinador Vial, Bartolomé Vargas, correspondiente al año 2018. Se rompe la tendencia de los tres años previos, con un notable incremento de procedimientos incoados en 2018, alrededor de 14.000 procedimientos más que el año anterior.
El 40% de los conductores que fallecieron habían consumido alcohol o drogas. Beber tres o más cervezas hace que el conductor conduzca con una tasa de alcohol superior a 0,60 mg/l, que está tipificado como un delito contra la seguridad vial.
Según el Tribunal Constitucional las personas que conduzcan bajo el efecto de las drogas serán sancionadas, con la excepción de aquellas que lo hayan hecho por prescripción médica y no merme sus capacidades como conductor, ya que no vulneran el derecho de igualdad.