Cerca de un 33% de los accidentes con víctimas mortales en España se deben a los efectos del alcohol en la conducción. El alcohol es por tanto, la causa que más incidencia tiene en la accidentalidad, convirtiéndose de esta forma en una de las lacras más graves de las carreteras.
El alcohol es uno de los factores de riesgo más frecuentemente implicados en los accidentes de tráfico. Se ha llegado a calcular que de cada 100 accidentes mortales, el alcohol está implicado de uno u otro modo en entre 30 y 50 de ellos.
El 40% de los conductores que fallecieron habían consumido alcohol o drogas. Beber tres o más cervezas hace que el conductor conduzca con una tasa de alcohol superior a 0,60 mg/l, que está tipificado como un delito contra la seguridad vial.