Con la llegada de los meses invernales, la conducción se convierte en un desafío adicional debido a las condiciones climáticas adversas que pueden afectar la seguridad en las carreteras. La nieve, el hielo y las bajas temperaturas pueden crear situaciones peligrosas para los conductores, lo que aumenta el riesgo de accidentes de tráfico. Además de los desafíos naturales, los conductores también deben ser conscientes de las regulaciones de tráfico específicas relacionadas con la conducción invernal, ya que el incumplimiento de estas normas puede resultar en multas significativas.
La Dirección General de Tráfico (DGT) instalará durante el presente año 70 nuevos radares para detectar si los conductores ejercen la actividad de la conducción simultáneamente con el uso del teléfono móvil al volante.
España tiene una de la mejor red de carreteras de alta densidad de Europa. A diferencia de muchas de nuestros socios, gran parte de ellas son públicas y de libre acceso. Junto a esta red de alta capacidad, también contamos con 148.000 km de carreteras secundarias. De ellas, unos 14.000 km son convencionales, es decir, de una sola calzada de circulación en ambos sentidos.