Empieza un nuevo año, y como siempre nuevos propósitos y nuevos retos. La D.G.T no podía faltar a esta cita, y así ha anunciado nuevas medidas para mejorar la vigilancia en nuestras carreteras, modificar la vigente ley de Trafico y Seguridad Vial para luchar contra los reincidentes en infracciones por la conducción bajo los efectos de alcohol y drogas, y una revisión de los exámenes para la obtención del permiso de conducir, entre otras medidas que veremos desarrollar a lo largo de este año.
Las primeras cifras de siniestralidad del año que dejamos reflejan un 3% más de fallecidos en nuestras carreteras, lo que ha supuesto un incremento por segundo año consecutivo de victimas mortales. Estas cifras son provisionales y únicamente referidas a los accidentes mortales ocurridos en vías interurbanas y victimas tomadas hasta las 24 horas de producirse el accidente. Pese a estas cifras, España se sitúa en la 5ª posición en relación al resto de los países de la Unión Europea, en cuanto a seguridad vial.
La salida de vía, las distracciones al volante, o la conducción bajo los efectos del alcohol o drogas, siguen siendo las causas principales que en mayor medida han contribuido a los siniestros. Para intentar paliar esta situación, ya en su momento la D.G.T. puso en marcha a lo largo del año pasado un plan de medidas de choque, cuyos objetivos dicen haber completado en un 90%.
Como proyectos que podemos destacar en este nuevo año, tres son los bloques en los que pretenden actuar: más reformas, más control, más educación/formación y más comunicación.
Entre las medidas que se pueden destacar estaría una nueva reforma de la Ley de Tráfico y Seguridad Vial, del Reglamento General de Vehículos, y un nuevo Reglamento de auxilio en carretera. Planes estratégicos estatales de la bicicleta, de seguridad vial para el periodo 2018-2020, del vehículo o de medidas contra la siniestralidad de los usuarios más vulnerables.
En el área del control, la aprobación de un nuevo plan contra la velocidad y publicación de una nueva Instrucción sobre radares (tema este último que tanta polémica ha desatado con las recientes sentencias pronunciadas sobre los márgenes de error), un nuevo plan integral de lucha contra el alcohol y drogas en la conducción y el tratamiento de los reincidentes de este tipo de infracciones. La adquisición de drones para la vigilancia y control del tráfico, o el incremento de radares en las vías convencionales y de tramo para controlar y sancionar el exceso de velocidad.
En relación con el último punto de los enumerados anteriormente, destacar la intención por parte de las autoridades de tráfico de publicar trimestralmente los datos de recaudación por sanciones de velocidad, aspecto que hay que agradecer dadas las continuas discusiones sobre su monto y sobre todo sobre su destino.
En el ámbito de educación, formación y educación, cabe destacar la reforma del modelo de formación vial, y la consiguiente incorporación de nuevos examinadores de tráfico. El desarrollo de planes básicos de coordinación en Educación Vial y la adquisición de más materiales pedagógicos para centros escolares son algunas de las nuevas iniciativas propuestas por las autoridades de tráfico.
Sin duda todas estas medidas están cargadas de buenas intenciones, pero algunas de ellas requieren obtener un consenso por parte de los poderes públicos y en todo caso la implicación de la sociedad en conseguir reducir las cifras de siniestralidad.
Eugenio de Dobrynine - Abogado de CEA
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